Ella indudablemente es un referente no sólo en el rugby de Colombia, sino en el continente, incluso en el mundo. Dentro del campo de juego sus acciones, su temple y su personalidad son bien reconocidas. Fuera del campo de juego también se ha hecho conocer y ha escalado peldaños para contribuir al posicionamiento de rugby.
Es un honor que una colombiana: Alejandra Betancur nos represente en el rugby de España, pero no sólo eso, también hace parte del comité asesor de World Rugby en la rama femenina. Es una líder innata, con la bandera tricolor puesta en todo momento en su corazón. Ahora vuelve a ser noticia como atleta modelo de los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires. En territorio argentino ya acompaña a las tucanes como inspiración en esta nueva cita del rugby mundial.
Alejandra Betancur se tomó su tiempo para escribir y compartirnos sus palabras y pensamientos de una trayectoria ejemplar y que sigue proyectando en beneficio del rugby colombiano.
“Creo para muchas personas su carrera deportiva se cuantifica en trys y placajes dentro del campo, pero a raíz de mi carrera deportiva descubrí que hay cosas que pesan y cuentan mucho más que aquellas banalidades que van orientadas al rendimiento que en su momento fueron el motor de mi día a día, pero cuando descubrí cómo el rugby con pequeñas acciones transformaba mi vida, supe que era esto lo que más contaba, acciones transformadoras un rugby que transforma socialmente nuestra cultura, país y corazón.
Hace ya dos años pasaron los Juegos Olímpicos y podría decir que es la cúspide de todo deportista o atleta, donde el trabajo de años se ve plasmado en dos días, una semana o simplemente los últimos 14 minutos de rugby, los últimos gritos de la tribuna o aplausos al terminar aquellas hazañas.
Esos últimos suspiros de grandeza que te hacen sentir pleno, lleno y feliz… infinitamente feliz.
Así veía yo mi paso por los juegos, pero qué grata noticia días después de ver que la ventana del Rugby Europe se abría para mí. Me hacía plantearme toda mi vida, y fue esa gran bendición que hizo que arriesgara todo por lo que tanto trabajé, pero valía la pena mostrarles a mis compañeras de rugby que se podía seguir soñado con más, que podías seguir transformando y siendo ejemplo para muchos y muchas.
Es allí donde recibo miles de mensajes de todo Suramérica alentándome y siguiendo esta aventura que aún continúa. Poco a poco se fueron moldeando las cosas y fui nombrada miembro del comité femenino mundial, un logro más gracias a todas las mujeres que en Suramérica han dejado el nombre de nuestro continente en alto, y del gran crecimiento exponencial de la Federación Colombiana de Rugby.
Y en aquel primer comité me doy cuenta que el rugby está cambiando y necesita a mujeres líderes trabajando y enriqueciendo nuestras estructuras, federaciones y clubes.
El rugby crece pero necesita de toda nuestra pasión dentro y fuera del campo. Es hora de dejar de esperar que alguien lo haga por nosotras, el rugby será lo que nosotras estemos dispuestas a luchar y crear.
Con esta actitud me presento a la entrevista para representar al rugby y ser la atleta modelo en los Juegos Olímpicos de la Juventud. Fue recordar cada palabra de aliento que ustedes han enviado a través de las redes, en un mensaje por whastApp, pero sobre todo a cada una de esas mujeres que en cada país sin importar el color de nuestra bandera nos hicieron sentir únicas, idénticas y pares, donde no solo nos unía la ovalada sino nuestras luchas por pertenecer a un mundo regido por años por chicos, un rugby por tradición masculino y que con el paso de los años y las batallas ganadas la mujer está tomando rienda de su propio destino.
Y termino así: » Acompáñame a vivir esta experiencia única, Buenos Aires 2018. Soñar es el primer paso para lograrlo, y el milagro del rugby sigue vivo”.