Por Sara Hernández
A una fecha de finalizar el Americas Rugby Challenge, atletas de las cuatro delegaciones tuvieron un momento para compartir fuera de las canchas y esparcieron los valores que el deporte promueve. Jugadores de Colombia, Paraguay, Guyana y México visitaron el Colegio Javiera Londoño de Sevilla, institución ubicada en la zona nororiental de la ciudad de Medellín, cercana al Estadio Cincuentenario, lugar en el que se desarrolla el certamen continental.
A eso de las 10:00 a.m. el rugby tenía una cita con la comunidad, niños y jóvenes de la capital antioqueña. El lugar, cerca al de la competencia, el barrio Sevilla. Las puertas se abrieron y más fuerte que el calor de la mañana, fue la acogida que los estudiantes les propiciaron a todos sus visitantes. Después de las palabras de bienvenida por parte de las directivas del colegio, los seleccionados se presentaron. Primero con una arenga mexicana que fue la más se escuchada en la estadía. Seguida de un saludo guaraní, repetido hasta estar ser aprendido por todos. Después, el sentimiento de cariño y respeto expresado en inglés, entendido más allá del idioma. Por último, la ovación local, para los representantes de un deporte que ya tiene ídolos.
Seguido del protocolo, la diversión y la ovalada, fueron las protagonistas. Las delegaciones, mezcladas entre sí, jugaron con todos los chicos que quisieron ser felices. Luego, el turno fue para el deporte como tal, el equipo de 7’s del Colegio Javiera Londoño de Sevilla, enfrentó al denominado “Equipo de América”, en un juego de touch. Al final, la victoria fue para los participantes del Americas Rugby Challenge, con un marcador 3-2. Con Autógrafos, fotos, risas, agradecimientos, consejos e incluso suvenires, terminó esta visita de agrado, para ambas partes.
La excusa para esta iniciativa, fue el programa Get into Rugby, estrategia de la World Rugby para la masificación del deporte en todo el mundo, que cuenta con el apoyo de la Federación Colombiana y de Cristián Morales como promotor en la Ciudad de la Eterna Primavera. “El primer objetivo es que los niños se diviertan. Con los representantes de las cuatro delegaciones estuvimos en la fase probar, en la que se busca que los chicos vean en el deporte algo para sentirse bien, más allá de la competencia como tal. Luego, vemos en qué barrio viven, para llevarlos a los clubes cercanos a su casa. Después se instalan en su equipo y ya hacen parte de la comunidad y tienen la exigencia del juego”, afirmó Morales, líder de la actividad realizada.