Por: Jarvi Augusto Escobar Sánchez
@JarviAugusto
Su niñez transcurrió en el campo. Rodeada de árboles y animales, distante del ruido de las ciudades. Creció en el Eje Cafetero. Nació en Salento, Quindío. Su infancia fue en una finca llamada “Lisbran”. Daniela Alejandra Álzate Moncada a sus 21 años tiene presente y futuro en el rugby.
Le preguntamos para ella cuál es uno de los valores más importantes, y respondió que la humildad, y eso la define, siempre presta a relatar con emoción y orgullo sus raíces, las que la hacen fuerte. Sabe de dónde viene y para dónde va.
De forma jocosa recuerda anécdotas de la finca “Habían cerdos, vacas, caballos, perros, gallinas, cultivos de guayabas dulces. Nosotras para poder ir al colegio al principio teníamos que caminar por ahí una hora en trocha. Después conseguimos una moto, nos montábamos tres, y manejaba mi hermana mayor. La finca quedaba muy adentro, era lo último por decirlo así. “La chiva” no alcanzaba a ir hasta allá”.
En esta época se sale uno por momentos de la realidad, y se entretiene con sus historias “Recuerdo que le ayudábamos a mi papá a alimentar los cerdos, darle comida a las gallinas, recoger los huevos y a ordeñar las vacas muy temprano” Desde ahí aprendió la disciplina, para más adelante dedicarse al rugby.
“Mi infancia fue muy linda porque tuve el placer de que mis padres me enseñaran la importancia de la naturaleza, de respetar los seres vivos, de trabajar para conseguir las cosas y que no todo era fácil de obtener en la vida. Me siento muy feliz de ser de una vereda tan linda como lo es La Suiza. Nos tuvimos que mudar a Pereira por cuestiones de trabajo de mi padre, fue duro pero a la vez divertido conocer nuevas cosas, nuevos retos”. Relata Daniela.
“Conocí el rugby gracias a un profesor que entrenaba en RHINOS RUGBY CLUB, él quiso hacer convocatorias en el colegio donde estudiaba. Mi hermana y yo no sabíamos que era el rugby y sin pensarlo fuimos al primer entreno, yo creo que si yo hubiera tenido algo de idea que era el rugby tal vez no lo hubiera practicado porque yo siempre he sido muy delgada y en ese entonces era demasiado, entonces no me hubiera imaginado hacer este tipo de deporte. Entré al rugby cuando tenía 12 años junto con mi hermana , y desde eso pertenecemos al mismo club donde iniciamos RHINOS RUGBY CLUB, desde que tengo memoria siempre he hecho deporte, fútbol , atletismo, porrismo, voleibol”.
Pero la sombra de ser delgada la atacó en varios momentos de su vida, sin embargo el rugby le mostró y sigue mostrando que es para todos, que la diversidad reina en este deporte, que todos independiente de su contextura tienen que aportar.
“Me acuerdo que yo entrenaba en el club, y un fin de semana hubo un torneo. Claramente estaba muy emocionada por poder jugar mi primer partido, pero a las chicas les daba miedo meterme a la cancha por temor a que me iba a lastimar por lo delgada que yo era. La verdad me dio mucha ira de que no me dieran la confianza, pero en ese entonces era así el rugby, hoy en día no es así”.
Hoy en día hace parte de las Tucanes. “Comencé mis primeras concentraciones de Tucanes juveniles en el 2014 y también empecé a asistir a las concentraciones de Tucanes mayores. La verdad yo veía muy lejos la posibilidad de llegar a ser selección Colombia, yo lo veía casi imposible porque yo miraba a las chicas que estaban es ese tiempo y eran grandes y yo me frustraba muchísimo por mi contextura física, por mi mente no pasaba la posibilidad de ser tucán, pero ahí es donde entran las personas que te motivan. Mi familia y mi pareja siempre creyeron en mí, incluso más que yo, ellos fueron ese motor por el que yo seguí intentando, por el que seguí asistiendo a concentraciones a pesar de que no quedara”
Como toda historia tiene su trama, sus momentos de suspenso, sus altas y bajas, pero también la recompensa al trabajo “Llegó el día en que me notificaron que había quedado para los JUEGOS BOLIVARIANOS EN SANTA MARTA 2017, creo que ésta ha sido la mejor experiencia porque fue donde pude debutar como selección Colombia y verme con esa camisa de esos tres lindos colores, no lo cambiaba por nada, lo había logrado pero ahora el reto sería mantenerme, porque claro llegar donde uno quiere es difícil pero es aún más mantenerte en ese puesto”.
“Todos los momentos con la selección han sido inolvidables por las personas que tiene tan valiosas, cada una de ellas es especial y que de una u otra forma tienen un pedacito de mí. Gracias a este maravilloso deporte he tenido la oportunidad de conocer lugares, personas, y sobre todo mucho rugby. Para mí ser tucán significa compromiso, mucha pasión por lo que se hace, disciplina y ganas.
De las Tucanes, las admiro a todas por su valentía, su compromiso, la disciplina que tienen, y lo excelente jugadoras que son individualmente, que cuando nos juntamos todas somos la verraquera” expresa con orgullo de ser Tucán.
Aparte del idioma del rugby que lo entiende muy bien, Daniela se preocupa por aumentar sus habilidades en lenguas extranjeras. “Actualmente estoy haciendo un curso de inglés, yo ya hice un técnico en auxiliar de odontología, lo ejercí solamente durante un tiempo. Yo quiero estudiar una carrera de universidad, me inclino más en el sector de la salud, ojalá pueda este año empezar una carrera”.
Frente a la situación actual que afronta el mundo, le preguntamos sobre su familia, sus entrenamientos y un mensaje para la comunidad del rugby colombiano
“Ahora con el tema del Covid-19 muy juiciosos respetando la cuarentena, vivo con mis padres, mis hermanas y mis mascotas, pero mis hermanas si tienen que salir día a día a seguir luchando por las demás personas. Una es auxiliar de oncología y la otra es policía, mi padre también tiene que salir a trabajar pero siempre que llegan a casa cumplimos con hacerles la desinfección correspondiente y así nos cuidamos unos a los otros, son momentos muy duros por lo que estamos pasando, pero si no hacemos caso a lo que nos piden tal vez será peor más adelante.
En estos días de cuarentena, entreno con mi hermana todos los días, mis padres también nos ayudan y así ellos se distraen un poco. Comparto con mis mascotas y en estos momentos es donde uno valora más lo que no hizo antes. Hay que aprender a ser pacientes, que si todos estamos unidos y haciendo lo mismo, cuidándonos, esto acabará, de lo contrario será peor cada día.
Mi mensaje para esta situación es que seamos muy solidarios con el que necesite algo, si en nuestras capacidades está de poder ayudar, hacerlo y con mucha responsabilidad. También que nos quedemos en casa cumpliendo con las leyes, no salir por salir y exponernos a un mal y exponer a nuestras familias, y ser muy pacientes que esto apenas está comenzando”.