Por: Jarvi Augusto Escobar Sánchez

Comunicador Fecorugby

Lucas Marroquín respira rugby todo el tiempo. Como empresario se ha preocupado por aportar al fortalecimiento del deporte, y a fe es un adalid y aliado de la Federación Colombiana de Rugby desde Gilbert Colombia.

Meses atrás fue nombrado presidente de la Liga de Rugby de Bogotá, con todo lo que ello representa, llevar el timón de este deporte en la capital del país. Con él dialogamos acerca de su trayectoria y su misión con el rugby bogotano y colombiano. Reconocimiento a sus gestiones, apoyo y trazos sociales que deja dentro y fuera del campo de juego

¿Cómo empezó en el rugby?

Empecé a jugar rugby en el primer semestre de 2000 por invitación de un amigo que estudiaba en la Universidad de la Sabana. Mi primer entrenamiento fue un sábado por la tarde en Bogotá en la calle 116 con avenida Córdoba, un lugar en donde muchos de los jugadores de rugby de esa generación se formaron.

El rugby se fue volviendo cada vez más una parte fundamental en mi vida. En 2004 fui convocado a ser TUCÁN por Belisario Reynal, Entrenador y amigo, de quien aprendí que no es suficiente ser un jugador de rugby. Uno tiene que ser un HOMBRE de rugby dentro y fuera de la cancha. Son los valores del deporte, los que desde ese momento han gobernado mi vida dentro y fuera de la cancha.

¿Qué logros ha conseguido en este deporte?

Deportivamente, fui selección Bogotá desde 2004 hasta 2010, periodo en el cual fuimos campeones nacionales en repetidas ocasiones. También tuve el honor de ser TUCÁN en 2004 y 2005 periodo en el cual nos enfrentamos a las selecciones de Paraguay, Venezuela, Perú y Brasil.

Con mi club, Bogotá Barbarians (a donde llegué después de que Azules de la Sabana se acabara) he sido campeón de la Liga de Bogotá en 2005, 2006, 2007(los dos torneos) y 2017. Con ellos he recorrido el país jugando rugby y haciendo amigos.

Al mismo tiempo que competíamos con Barbarians, con algunos compañeros de equipo tuvimos la intención de hacer que el club creciera y funcionara como una organización, que fuera más que un grupo de amigos que juega todos los sábados. Y así fuimos creciendo deportiva y administrativamente.

En Barbarians he sido jugador, entrenador, recogebolas, he llevado el agua, vicepresidente y presidente. En estos doce años he aprendido mucho y me he dado cuenta que hacer las organizaciones deportivas fuertes desde lo administrativo es necesario para que el deporte crezca y se desarrolle.

¿Cuál es su propósito en la Liga de Rugby de Bogotá?

Cuando yo empecé a jugar Rugby, Bogotá era el referente nacional en todos los aspectos tanto deportivos como administrativos. Así me críe yo; ahora que tengo la oportunidad de dirigir la Liga de Rugby de Bogotá siento mía la responsabilidad de devolverle a Bogotá su papel protagónico en la escena del Rugby colombiano.

Con un equipo de personas igual de apasionadas que yo queremos cambiarle la cara al Rugby bogotano. Desde el Comité Ejecutivo queremos que en Bogotá el Rugby crezca, que sea mucho más visible en una ciudad como Bogotá en donde hay espacio para todos los deportes.

Queremos dar un salto cualitativo en materia de rendimiento para acercarnos a Antioquia que es el rival a vencer en este momento en el rugby colombiano. Queremos ser recordados como el Comité Ejecutivo que generó el cambio hacia el crecimiento del Rugby Bogotano.

De manera más global, lo empresarial y lo social hacen parte de sus objetivos, en este sentido qué se sueña y qué viene haciendo

Un eje fundamental que me gustaría consolidar e irradiar al resto del país es la articulación positiva entre el Rugby y la empresa privada. Una de mis metas es hacer que cada día más el deporte se vuelva atractivo para la empresa privada; que vean al rugby como un mercado en pleno crecimiento al que vale la pena apostarle.

Desde Gilbert Colombia siempre hemos apostado al desarrollo de relaciones con las instituciones en donde todos ganemos al mismo tiempo que el deporte crezca. Debemos concebir el rugby como un universo en donde todos quepamos y sea atractivo para todos, debe dejar de ser un mundo únicamente para los que lo practican. Debemos esforzarnos en generar cada vez más fanáticos del rugby así no jueguen.

Ahora con el nuevo proyecto de la Fundación Buen Punto queremos usar el deporte como una herramienta para formar en valores a niños que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Trabajamos en Cundinamarca y Chocó con más de 300 niños que necesitan toda la ayuda que podamos brindarles.