Por Alexandra B. Abosaid

Sentir el rugby femenino en cada fibra y proyectarlo en las acciones que ejecutamos a diario es un arte. Tomar decisiones, pararnos en la raya y no tocarla, avanzar, aprender y apoyar se puede llevar a la vida fuera de la cancha. Sí, el rugby es la vida.

Todo el boom que ha tenido por estos días el rugby colombiano en manos de mujeres soñadoras, pujantes y guerreras, nos da una sacudida por aquellas que trabajan en el silencio, esas que desde otras áreas aportan para que siga creciendo nuestro deporte.

Aunque sé que hay cientos alrededor del país, hoy quiero resaltar la labor de Laura García, una jugadora imparable y referí Fecorugby hace 3 años. Ella, activa y doliente, es de esa generación de mujeres que decidimos trabajar por el legado de un deporte joven en el país.

Esta vez desde el Silbato comparto una entrevista que incentiva a continuar, que invita a no rendirse y como ella lo dice a agradecer al rugby en todas sus formas.

¿Por qué el referato? 

“Todavía sigo siendo muy dinámica físicamente. Yo estoy presente en cancha, soy la espectadora número uno. Sensacionalmente es muy parecido al juego, pues uno va a pitar un partido y le dan nervios. Uno se la goza. Cuando un jugador hace un buen tackle, yo creo que a mi se me nota. Es estar demasiado presente en el juego físico del rugby”.

¿cómo se ha sentido representar a Colombia en partidos internacionales?

Es que ha sido todo un proceso. Cada etapa ha sido diferente. La primera vez que llegué a un evento internacional como referí me sentía muy asustada. Fue en una concentración femenina de referato por Sudamérica Rugby en el Valentín Martínez en 2017. Había tomado la decisión de arbitrar en abril y la concentración fue en noviembre, ¡Todavía estaba muy nueva! Era como un perrito cuando llega oliendo las casas, no sabía como se manejaba el ambiente, todavía tenía muy fichada la actitud de jugadora en un aspecto. Era mirando muy nerviosa, pero en el sentido que todo era nuevo para mí, no en el sentido de la responsabilidad sobre mí. No la tenía, era abrir puertas.

En un Sudamericano en Cochabamba tuve la oportunidad de ser central, y eso fue presión. Éramos 4 mujeres en el panel de referís, y las chicas siempre habíamos querido pitar a las chicas porque nos parecía lo más lógico. Estábamos buscando eso, hasta ese día. La presión era hacerlo bien en esta oportunidad, para que vieran que si valía la pena apostar por el referato femenino. Después fueron llegando eventos más importantes y con ellos los nervios de hacerlo bien, la presión de que realmente eres el referí, que si te equivocas cualquiera de las dos partes se va a ver afectada. La presión es ser impecable, también por Colombia. Si Laura García arbitra bien, los referís de Colombia arbitran bien.

¿Algún consejo para las chicas del país que quieren ser referís?

El referato es una rama del rugby muy agradecida, con nosotras es menos hostil el ambiente. Mi consejo es: Atrévanse. Acá todos caben. El referato siempre te va a recibir de una manera muy participativa dentro del juego. No tienes que sentarte a ver un partido, cuando puedes pararte y dirigirlo, estar dentro de la cancha. Es hacer parte de lo que pasa en cancha sin ser un jugador.

Decimos que el rugby es inclusivo, el referato mucho más.

¿Algún agradecimiento en esta etapa de referí?

Al rugby. A uno todo se lo da el rugby. Le agradezco a la vida por permitirme hacer parte de esto. Por eso hago referato porque siempre quiero estar del lado del rugby. Cuando digo rugby implica TODO, desde las compañeras de mi club, las compañeras de selecciones Antioquia, Selección Colombia, entrenadores, dirigentes. Hay un montón de personas que apoyan mucho más, pero todas las personas han sido muy implicadas en este proceso. Por eso hablo del rugby, el regional, colombiano, sudamericano y mundial.