Por: Jarvi Augusto Escobar S.
@JarviAugusto
Sus manos están marcadas por muchos sacrificios, han tenido ampollas, no precisamente de jugar con la ovalada, sino de utilizar una pala y un palustre para edificar. De su padre aprendió a trabajar la construcción, el oficio que dio el sustento para la familia y para empezar a practicar el rugby. En la vida de Diver Ceballos fue constante alternar sus entrenamientos, incluso siendo Selección Colombia Mayores Tucanes, con labores desde poner cimientos hasta “levantar” edificios de cinco pisos en su natal Marinilla.
En analogía con ese oficio, y que lo ha desempeñado con honor y gloria como un “maestro”, su trayectoria deportiva la está construyendo como un impecable castillo, al punto de ser uno de los tres colombianos en sumar su aporte al Peñarol en la Súper Liga Americana de Rugby.
Diver dice que hasta hoy el momento más feliz en su vida fue “Cuando entré por el túnel en el estadio Charrúa y escuchar mi nombre y que hacía parte de este equipo Peñarol. La verdad sentí un regocijo en el pecho y una alegría inmensa”.
Fue llamado para empujar “La Locomotora”, como se le conoce a este equipo, y su tesón lo llevó hasta Montevideo, Uruguay, como recompensa a las gotas de sudor mezcladas con el cemento empleado en su labor y la pasión dedicada en las canchas antioqueñas.
El Estadio Charrúa se convirtió en su templo, el escenario donde se puso la camiseta aurinegra a nivel profesional. La vivencia con Peñarol, Diver la describe como “una experiencia muy importante porque más que conocimos a jugadores de talla mundial y estos mismos nos hicieron sentir como en casa y además el staff siempre tenía algo para aportarle a uno y eso nos ayuda bastante a crecer como jugadores y a querer seguir mejorando”.
“Mientras estaba en el Charrúa entrenando , los primeros días si fue como ¡Ah es que ya somos profesionales y estamos ya entrenando!, después de unos días lo asimilé y tomé ya todo con la responsabilidad que se necesitaba para poder estar al nivel de todos. Este sueño lo tenía desde que empecé a jugar con selección Colombia de mayores Tucanes, uno lo veía cómo un sueño , pero cada vez qué más jugaba , lo veía un poco más cerca, hasta que se me dio ese llamado para el Peñarol y fue una de mis mejores experiencias como jugador hasta el momento” complementa en su relato.
Su debut es inolvidable “En el partido amistoso contra Corinthians, pues primero no esperaba que nos presentaran en la cancha antes del partido y la verdad que mencionen tu nombre y que las personas que son aficionadas estén afuera esperándote con un aplauso, es muy emocionante, y ya después prepararse en el calentamiento para el partido, se sabía que iba a ser difícil y duro y creo que toda la pretemporada nos preparamos para ese partido y para toda la Súper Liga , y ya jugando creo que ya uno se enfoca en cumplir los roles que le tocan a uno para así mostrarse de la mejor manera y poder jugar al nivel que nos pedían”.
Este tucán está seguro que el impacto de la Súper Liga Americana de Rugby para la región es grande “porque tuvo muy buena acogida por el público y para el país, que hay buenos jugadores que pueden estar a la talla de esta liga profesional.”
“Para mi vida personal creo que me deja seguir trabajando y trabajar más duro que antes. Ya vi que hay posibilidades de que me llamen para un equipo profesional y la verdad quiero volver a ser parte de esto, entonces no puedo parar para seguir acercándome cada vez más a este maravilloso juego y terminar de cumplir mi experiencia cómo jugador profesional” resalta Diver con emoción y esperanza.
Él valora mucho haber dejado amigos de diferentes lugares del mundo, pues además de los uruguayos, muchos incluso mundialistas, además Peñarol contó con jugadores de Portugal, Namibia Sudáfrica, Tonga, Fiji, y Colombia.
Mientras estaba en el Charrúa, rodeado de vegetación, oxigenaba sus recuerdos y las columnas sobre las que está cimentada su vida, y precisamente nunca dejaba las enseñanzas y consejos de su padre “él nos enseñó a trabajar con él y desde temprano nos dejó claro que no todo lo regalan, sino que hay que trabajar fuerte por eso que uno quiere”.
Diver regresó a Marinilla, municipio del Oriente Antioqueño, ubicado a 47.9 kilómetros de Medellín con la misión de “poder replicar lo que aprendí tanto en mi club, como en selección , y así poder ayudar al crecimiento del país y de la selección Tucanes”.
Tiene las características de un espartano, así se llama el equipo de toda su vida en Marinilla. Y es que es un espartano según la historia de la antigua Grecia era un gran guerrero. Y es que su camino no ha sido fácil, por eso destaca el sacrificio como uno de los valores más importantes.
“El deporte me enseñó a hacer sacrificios para poder crecer como jugador y en su medida crecer como persona, y a cada vez ser más constante con los entrenos, con el gimnasio y transmitir lo poco que aprendo y a seguir siempre con cabeza en alto sin importar las circunstancias que hayan en el camino o en el partido y parte de esto me lo enseñaron mis amigos, mi equipo , Espartanos Rugby Club, porque de ellos aprendí todo esto y a ser quien soy hoy como jugador, claro sin desmeritar a los profes de selección que me han terminado de pulir para ser un mejor jugador y una mejor persona”.
Diver Ceballos hace parte del proceso de selecciones Colombia juveniles desde 2013, y cada vez toma un papel más importante ahora en la Selección Mayores Tucanes. Es enfático que el rugby colombiano tiene columnas firmes, y que el rugby lo aplica en su vida cotidiana, en diferentes situaciones.
Es un constructor de sueños. En su mente ha fabricado fantasías que logró convertir en realidad. Es Espartano, es tucán, es carbonero (apelativo de Peñarol). Es una mezcla de laboriosidad y constancia. Después de este paso por la Súper Liga Americana de Rugby, Diver regresó para tomar sus herramientas de trabajo en la cancha y refrendar el tesón del que están forjados los colombianos.