Por Sara Hernández

Tras siete partidos oficiales contra Paraguay, Colombia lo vence por primera vez, con un resultado 44-29, que lo hace acreedor de la copa de campeón del Americas Rugby Challenge, certamen que se realizó del 26 de agosto al 1 de septiembre, en el Estadio Cincuentenario de la ciudad de Medellín. Los cafeteros ya habían vencido  a Guyana y  México, siendo así ganadores invictos.

Rutinaria, aunque más temprano de lo normal, comenzó el primer día de septiembre para Mauricio Henao, director deportivo de la Federación Colombiana de Rugby, lo describió así “esta mañana paseé a mi perro,  después llegué a la casa y me puse a escuchar música, tranquilo y con calma, pues quiero acordarme de todos los detalles de este día”. Pues quien conoce la historia del rugby nacional, sabía que esta era la fecha señalada, para materializar el trabajo, los procesos y la disciplina, de un deporte que crece a velocidades inimaginables.

Antes de la partida, los ánimos de jugadores, entrenadores y demás personal, reflejaban una tensa calma, todos sabían que por esa grama, correría a cantaros sangre tricolor, y así fue. Después de los actos protocolarios, con la mano en el pecho y a garganta abierta, se inició el encuentro. Salida de centro para los guaranís  y la pelota comenzó a ser la máxima conquista. Los locales se impusieron primero con las alas de un hijo del Urabá, Neider García, dejando ver que es el presente del futuro, logró capitalizar el primer sueño colombiano. Los yacarés, fieles a su estilo y garra se pusieron al frente del marcador. El primer tiempo finalizó 24-20 a favor de los rojiblancos.

En el medio tiempo, las arengas y las exigencias que pedía el cuerpo técnico, se escuchaban desde afuera. El balón al aire y la presión tucán empezó a sentir más en las arcas yacarés. Los delanteros, discretos en la primera parte, sacaron todo su potencial y adelantaron al seleccionado a través de las formaciones fijas, mismas, que hicieron ponerse arriba en el marcador. Sin embargo, el rival no aflojó y volvió a estar cerca, 27-29, para los de casa.

La temperatura del ambiente y las tribunas se hicieron sentir, todos empujaron en un scrum que pudo apoyar Sebastián Mejía, primera cuota de la proeza. El desespero empezaba a aparecer en los del sur, decisiones erradas e imprecisas fueron la constante, hasta que en una entrada del capitán a un lado ciego de la cancha, dejó sin posibilidades a los rivales, cuando más quemaban las piernas, Diver Ceballos apareció y con sus 1.95 cm hizo un sprint de velocidad de más de 50 metros, hasta llegar al centro del in-goal. El sueño se hizo realidad, Colombia era campeón en su nido, con su gente y frente al rival que siempre había perdido.

La euforia fue total, risas, bailes y hasta lágrimas salieron a flote, la tarea estaba hecha, el dolor se había ido junto con la mofa. Todo fue perfecto, como el guion más onírico del cine. Los Tucanes construyeron las primeras escenas de una película que durará en la memoria, pues apenas se construye, y esto es el medio para ese fin que se llama desarrollo.